Jardin Japones

Recuerdo la primera vez que fui al Jardin Japones, con el Jardin Snoopy. Como a todo chico nos encantaron los peces. Me acuerdo que pudimos hacercarnos al borde del agua pisando el pasto y los peces venian a nosotros con la boca abierta, algunos, los mas corajudos poniamos los dedos para que los peces nos chupeteen los dedos.
Luego de esa visita, una vez mas con mi padres y por años no volvi.

Ahora de grande y teniendolo tan cerca y despues de tanto tiempo de querer ir volvi al Jardin Japones. Uno lo mira y sabe que no ha cambiado en nada. Es la misma disposicion, los peces mas grandes quiza, pero nada en si ha cambiado. Sin embargo fue un placer volver.
El dia ayudo, el solcito acompaño y daban ganas de caminar, de ver. Las azaleas por todos lados llenas de flores, el verde del pasto, el agua del lago, el agua de la cascada o de la cascadita, los pajaros que visitan el lugar... Todo es un placer para la vista, llena de tranquilidad el espiritu y en mi caso me trajo un poco del espiritu del nene que hace tanto tiempo lo habia visitado por primera vez.

Es tambien muy loco, muy raro, levantar la vista y ver los edificios de Palermo. Uno tiene el verde del jardin, el lago, una tipica edificacion nipona y detras la silueta de los edificios de Palermo, uno sabe que ahi en la puerta de cada uno de esos edificios el ruido, el pasar frenetico esta presente, sin embargo uno esta en otro mundo, donde el transito es apenas un ruido blanco lejano que no logra opacar el canto de las aves, uno puede escuchar el agua fluir, el viento en los pinos... Y sin embargo la voragine citadina esta a pocos pasos.
Sigue siendo el mismo lugar tranquilo para caminar y deleitarse con la tranquilidad y la naturaleza, sigue siendo el mismo lugar que me cautivo de chico y es sin dudas un lugar para recomendar.





Este regreso al Jardin Japones ha tenido como especial detalle que me di el placer de recorrerlo con mi Bombona. Gracias Amor por tu compañia.

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Escuchando a Heroes, Friccion.