Montaña Rusa
Siempre para mi la vida a tenido mucho de tren. De vias, de cambios de vias. De Estaciones, de trechos largos y sin gente, o de no poder moverse entre otra tanta que comparte el mismo vagon.
Sin embargo ahora mi via se elevo, y mi tren se transformo en un solo carrito, con un asiento para dos y alli te encuentro cuando a mi lado, acompañandome en este vertiginoso viaje.
Ambos nos hemos encontrado hace un tiempito atras en la cumbre de esta Montaña Rusa en la que se nos ha transformado la vida. Ambos nos hemos tomado de la mano y hemos aceptado el reto de emprender el camino, de dejarnos caer en picada y ver que nos depara el recorrido, la vida misma.
Y como en una un giro de 180 grados hemos pasado de la alegria a la tristeza, y luego de estar un ratito de cabeza -sin saber donde uno esta, sin saber donde estan nuestros pies-, hemos dado otro giro para volver a la alegria.
Hemos tenido nuestros momentos en donde todo parece ir lento, o donde todo pasa tan rapido que no tenemos un segundo de respiro.
Y desafiando leyes fisicas nuestro carrito no pierde movimiento...
Asi la vida nos da lagrimas de alegria, de felicidad o de sufrimiento. Nos da la risa franca de los amigos, o la risa complice de los amantes. Nos regala tardes de sol para disfrutar ANDANDO, o en un abrazo para desafiar el viento.
Crecemos, nos conocemos y asi creamos un vinculo cada dia mas especial y mas fuerte.
Aceptamos lo que la vida nos da, en algunos momentos con un poco de bronca y en otros con felicidad.
Aprendemos a crear un tiempo y un espacio juntos.
En esta Montaña Rusa aprendemos dia a dia a hacer una vida juntos.
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